domingo, 11 de octubre de 2015

Half Empuriabrava (Final de temporada)

Hacía semanas quería acabar la temporada con un half, y finalmente surgió la oportunidad de hacer el de Empuriabrava. Vine aquí con la familia así aprovechamos para pasar el puente. Un planazo vamos!!
Como siempre me gusta hacer, llego a boxes con tiempo para no estresarme. La tarde anterior sólo había dejado la bici así que queda todo por preparar. Nada más coger la bici para hinchar las ruedas, patapam, primera sorpresa. Rueda trasera clavada. Ya sabía que esa rueda daba problemas, pero creía haberlos solucionado, así que me acabé decantando por ellas, sobretodo porque mi bici está muuuy bonita con ellas! Jajaja. Aquí empieza el calvario del día, son las 8:20 y faltan 40 minutos para la salida. Intento hacer lo que había hecho anteriormente para "centrar" la rueda, pero en cuanto la apoyo en el suelo se vuelve a clavar. Salgo de boxes porque empiezo a estresarme mucho allí dentro sin poder moverme. Son las 8:30.


Sigo intentando solucionar el problema, me subo en ella, pedaleo un poco y en cuanto hay una pequeña vibración o bache se vuelve a quedar clavada. Saco la rueda y me doy cuenta de que la llanta está doblada, y por tanto, o me roza en la horquilla o me roza en el freno. Decido abrir la pinza de freno y que sea lo que dios quiera, aunque sé que al primer bache va a empezar a rozar. Dejo la bici, y salgo de boxes a las 8:45, sin poner el neopreno, sin calentar, y con las pulsaciones por las nubes. Me visto rápido y me dirijo a la zona de salida, que por cierto, me queda a tomar por culo. Me tiro al agua, siempre me gusta hacerlo antes de la salida, aunque sólo sea para hacer aguas menores.
Me coloco en segunda fila, y en breves se da la salida.


Como suele pasar en media distancia, salida bastante limpia, buscando un lado del grupo para ir más cómodo. Llegamos a la primera boya a unos 150-200 metros, giramos a derecha y a partir de ahí se va alargando el grupo, hasta que el chico que me precede hace algo raro y se corta. Cuando me doy cuenta ya es demasiado tarde para intentar enganchar yo solo, así que me pongo delante del grupo para subir un poquito el ritmo. Y así llegamos a la transición (larguísima por cierto). Salgo del agua en 29', sobre la posición 15.


Transición muuuy lenta y me subo a la bici con muchas ganas de disfrutar.
A los pocos metros, la carretera me regala un pequeño bache a mi paso, pero me temo que suficiente para hacer que la rueda roce ligeramente con la pastilla de freno.



Intento olvidarme de eso y aunque noto que me cuesta coger ritmo, paso página y me recuerdo que he venido aquí a disfrutar. Tengo la boca seca y salada, así que rápidamente hecho mano al bidón de isotónico, el único que llevaba. Bidón??? No está el bidón!!! Dónde coño está el bidón?!
Bueno, a estas alturas podéis suponer que mi paciencia estaba a puntito de agotarse. Parece que cuánto más quieres disfrutar algo, más difícil se pone la cosa. Acabo de empezar la bici, la rueda trasera me va a ir rozando 90 kilómetros, y voy a tener que esperar más de 30 kilómetros para llegar al avituallamiento.

Sigo empeñado en olvidarme de todo eso y seguir adelante. En el kilómetro 20 llego a la altura de Juliana, y le pido un trago de agua. En esos momentos empezaba ya a NECESITAR líquido, no bebo nada desde hace casi una hora y media, y mi mente y cuerpo lo piden a gritos.


Seguimos juntos unos metros pero poco a poco voy yendo hacia adelante. Al acercarnos a boxes para iniciar la segunda vuelta formamos un "grupo" de 5 unidades. Son 4 cabras (dos con lenticular) y yo. Pues bien, del kilómetro 45 al 60, vivo una situación un poco surrealista. Los cuatro tíos con cabra dándose relevos, de forma disimulada pero relevos se mire por donde se mire, dejando menos de 5 metros entre cada uno de ellos. Yo me mantengo el último dejando en todo momento la distancia, no quiero ser partícipe de esa broma. Pasan dos motos de la organización, le señalo con el dedo el grupo, les pido una explicación y ambos se encogen de hombros y siguen adelante.
La organización que tanto castiga el drafting y que tan alto lo proclama, parece que lo luce más en las redes sociales que en la vida real.
En el kilómetro 60 me canso de tener que ver eso y decido cambiar el ritmo. El aire pega un poco de cara, pero poco a poco abro hueco.
En el avituallamiento veo que les saco unos 30 segundos, y que siguen exactamente igual, incumpliendo las normas descaradamente. La rabia me hace apretar aún más pero una larguísima recta que hace un falso llano y pega el aire algo más fuerte, me deja con las piernas como palos. En el kilómetro 80 decido aflojar un poco, y en el 83 me absorbe de nuevo el grupo, eso sí, con menos unidades y un nuevo integrante.



Llegamos juntos a meta, contento con mi sector de bici, aunque sabiendo que he gastado mucho más de lo que debería por el roce de la rueda.

Han sido 89 kilómetros en 2h31', a 35,1km/h.

Transición algo más rápida que la primera y salgo a correr en seguida entre los 25 primeros. Veo y oigo a mi familia. Qué ganas tenía!!



Voy sin reloj, y solo pienso en ir guardando, en no pasarme, y en disfrutar de lo que queda. En seguida me doy cuenta que el recorrido no es por donde yo creía, y durante muchos kilómetros no hay nadie animando. Estoy tocado psicológicamente y eso no me va a ayudar.
Corro con unas zapatillas que hace más de un año que no uso, pero las quería probar porque me traían buenos recuerdos, pero parece que este año, mi relación con las ampollas no iba a cambiar, utilice el calzado que utilice.


En el kilómetro 2 ya noto como poco a poco, se va creando esa cosa tan desagradable justo debajo del dedo gordo. Mantengo el ritmo hasta el avituallamiento (kilómetro 5 aprox), pero en el giro el dolor ya es considerable, las piernas ya empiezan a quejarse con ganas, y a mi cabeza no le gusta ver pasar a gente por todos lados. Poco más tarde decido que cuando llegue a la altura de mi familia, me paro y dejo de sufrir. Así que troto hasta el kilómetro 10 y en cuanto los veo, me paro a un lado y aunque unos cuantos me gritan y animan para que siga, les digo que se acabó. Me miran contrariados y caminamos un poco hasta sentarnos en un banco a ver pasar triatletas corriendo. Pasan Christian, Jordi y David, y me preguntan y se preocupan por qué me ha pasado. Les digo que tiren rápido y luego hablamos!

Felicitar a los tres por sus carrerones, sus ánimos y su preocupación.


Puesto aquí parece sencillo, parece fácil tomar la decisión de tirar la toalla. Pero para aquellos que nunca hayáis estado en la situación, os aseguro que es algo muy duro y jodido. Te decepcionas a ti mismo y sientes que decepcionas a los que te quieren y apoyan. A veces se sufre mucho físicamente en este tipo de pruebas, pero a veces se sufre mucho más psicológicamente cuando pasan estas cosas.


Gracias a Dama, Ana, Carla, Marta, a mi familia, y a todos aquellos que me gritaban aunque no pudiera ni mirarlos.

Felicidades a Vicenç y Manel por sus pedazo de remontadas y su enorme recompensa en forma de podios!!

Por fin ha acabado la temporada, tengo mucho sobre lo que pensar. De cara al año que viene habrán cambios, eso seguro. No sé si negativos o positivos, pero los habrán.

Ahora toca descansar, desconectar y aprender de todo lo que ha pasado este año, sobretodo de lo malo para que se repita lo mínimo posible.

Como siempre, un millón de gracias a todos por los ánimos!

Abrazos y hasta pronto!!






miércoles, 9 de septiembre de 2015

Campeonato de Catalunya Élite de Triatlón

Bueno, voy a ver si me acuerdo cómo se hacía esto. Hace mucho, muuuucho que no escribo una crónica. Veremos si es como montar en bici, que dicen que nunca se olvida.

En todo este tiempo desde mi retirada en el Ironman 70.3 de Calella por romper la cadena de la bici, han pasado muchas cosas. 

He tenido buenas carreras, entre ellas mi debut en media distancia en el Triatlón B de Banyoles y un 7º puesto en el Triatlón Olímpico de Cambrils.

Pero bueno vamos al lío. Este domingo se disputó el Campeonato de Catalunya de Triatlón en formato Élite, y sobre distancia olímpica. En la capital catalana del triatlón, Banyoles. 

Trabajé muy duro muchos meses, me clasifiqué en Pont de Suert (dónde sufrí lo que no está escrito), y tres semanas antes de Banyoles, tiré por la borda todo el trabajo hecho. Me presentaba el domingo sin haber corrido en los últimos 21 días, y habiendo tocado muy poquito el agua y la bici.

No son excusas, mi mente y mi cuerpo decidieron que necesitaban un descanso y nadie más que yo tiene culpa de no haber entrenado.

A las 16:00 salida Élite (acojona un poco salir con 60 tíos que sabes que van a ir muy muy rápido), 16:01 salida mujeres, 16:05 salida Open.

Creo que nunca he estado tan nervioso antes de ninguna competición, me noto las pulsaciones hasta en los pies, y van mucho más rápido de lo normal.

Tras una salida de broma (típica de la Federación Catalana), empezamos a nadar como si no hubiera un mañana. No entiendo como puedo recibir tantos golpes en los primeros 200 metros, si sólo somos 60 tíos!!

Pasan los metros y me siento cómodo nadando, voy a cumplir mi objetivo de no salir último del agua! Primera vuelta rápida viendo como se estira y se rompe el grupo. Segunda vuelta caótica al tener que adelantar a mucha gente de la salida Open y encontrándome auténticas barreras, como por ejemplo 5 personas de un mismo equipo nadando braza uno al lado del otro. Bravo por el que pensó ese formato de salidas!

Salgo del agua mejor de lo que esperaba, aunque la interminable transición ya me avisa de que hoy va a ser un día duro para mis piernas. Aprieto todo lo que puedo para entrar en el grupo con el que he salido, los ánimos de la gente contrarrestan el ácido láctico en cada uno de mis músculos.

1700 metros en 24'00".

Dos vueltas de 20 kilómetros con bastante desnivel, será divertido (y duro).

Saltamos a la bici y al llevar las zapatillas de ciclismo y no de triatlón me cuesta mucho meter el pie, tanto que hago todo el primer repecho con el pie izquierdo medio metido en la zapatilla. Pedaleo muy incómodo, algún amago de rampa pero no puedo dejar que se escapen. Coronamos el repecho y por fín puedo colocarme las zapatillas. Que empiece la fiesta.
Voy con Dani y Arnau del Absolut Sport (gran equipo y grandes personas), y alguno más que entra en el grupo. 

Empezamos a entrar al relevo (yo menos que normalmente, voy fundido), hasta que llega Quim por detrás y se pone a tirar del grupo a lo salvaje. Cogemos al grupo que nos precede y justo bajando el puerto, Quim y Pep Tatché se tiran hacia abajo a lo kamikazes. Mis piernas van cogiendo ritmo así que los sigo. Llegamos al punto de giro y Quim ataca, Pep y yo lo seguimos unos metros pero vamos cediendo. Poco antes de coronar llegan unas 6 unidades del grupo en el que íbamos. El resto se ha quedado.


En la bajada empiezan las dudas y las ganas de guardar y así va entrando gente por detrás. Nos limitamos a rodar rápido pero "cómodos", hasta que llega el primer repecho de la segunda vuelta, de nuevo escabechina y de nuevo aguanto en las primeras posiciones.
Se acelera el ritmo, y al llegar la bajada de nuevo Pep se tira hacia abajo con todo, y yo lo sigo. Llegamos a la rotonda de giro con unos metros sobre el grupo y decido darles otra oportunidad a mis piernas, me pongo de pie, bajo piñones y ataco. Pep me sigue, creo que sin demasiados esfuerzos, y aunque parece que abrimos hueco, las fuerzas se acaban y nos fusionamos de nuevo con el grupo. 


Bajada más rápida que en la primera vuelta y todo el mundo quiere ganar posiciones, así que se va muy rápido. Último giro algo complicado para encarar los últimos 3-4 kilómetros llanos antes de boxes, y me la vuelvo a jugar entrando en la curva como Valentino Rossi. Me siguen Pep y Zurita, y volvemos a ganar unos metros con el grupo. Entramos los tres al relevo a muerte, pero al poco rato nos vuelve a absorber el grupo.



No quiero que acabe la bici, me duelen muchísimo las piernas pero estoy disfrutando como un niño. Me da MIEDO bajarme a correr. Pero bueno, llegamos a la T2, un grupo de unas 12 unidades. 
Completo el segundo sector en 1h06'34"
Transición rápida como siempre y salgo de los tres primeros a correr. Poco duraría la alegría ya que empezaban a pasarme como galgos por todos lados. Pensaba que me había equivocado de recorrido y que esa gente que me quitaba las pegatinas eran de un supersprint. Pero que va, no tuve esa suerte.


Primeros 4 kilómetros corriendo con Dani, una bonita tradición que estamos adquiriendo jajaja. Hasta que empieza a llegar gente por detrás y Dani decide apretar. Yo decido animarlo (mentalmente, porque no tengo fuerzas ni para hablar), y mantener mi ritmo. Empiezan los famosos zig-zags de Banyoles, y empieza mi calvario.
Parece que el inicio de la bici con el pie fuera de la zapatilla me pasa factura, y el isquio izquierdo empieza a avisar en cada uno de los cambios de sentido. Amagos de rampa en cada uno de los giros, que hace que mi ritmo y mis ganas vayan menguando al mismo tiempo.
A partir de aquí son 5 kilómetros de tortura física y psicológica, pero sólo por toda la gente que grita mi nombre, no pienso dejar de correr, por más que me duela la pierna y por más que me sangre y me queme la herida de mi tendón de aquiles.


Sigue adelantándome gente, pero desconecto de la carrera y solo pienso en todos aquellos que confían en mi y a los que les debo gran parte de lo que soy.
Parcial de 10,2 kilómetros (según GPS) en 42'01".


Cruzo la meta en 2h12'35"
Llego destrozado, busco un hueco apartado para tirarme al suelo y nada más poner el culo a tierra, llega la reina rampa, esa que había estado esperando mucho rato para llegar. Llegan Santi, Joan y un hombre de la cruz roja. Joan me estira el isquio y Santi me anima como sólo él sabe hacer.
Llega otra chica de la cruz roja y me secuestra para ir a curarme el pie. Allí me acompaña Santi, que sigue animándome.



Veo a mi madre, Carlos, Marta, Sílvia, Eva, Noel, Carles, Marc, Eli... que no han dejado de animarme toda la carrera.

Felicidades a Rafa, Dani, Arnau, Noel, Marc, Carles, etc por sus carrerones.
A Juliana por su podium, una semana después de haber corrido un durisimo Campeonato del Mundo de Ironman 70.3. 

Y a Santi, por saber dejar de lado su retirada (le quitaron las gafas nadando), y ser el mejor supporter posible.
Un millón de gracias a todas aquellas personas que me han apoyado e intentado entender todo este tiempo y sobretodo esas tres últimas semanas. En especial a Santi, Joan, Juliana, por estar ahí cada día al pie del cañón.

Ahora toca pensar en el final de temporada, o en la próxima temporada, aún no lo tengo claro!








domingo, 17 de mayo de 2015

Ironman 70.3 Calella. Del cielo al infierno en un instante.

Seguramente ésta sea la crónica más difícil que he escrito nunca, ya que es la más dura de escribir, y a la vez de la que hay menos cosas que contar de la carrera.

Imaginaos algo que os haga mucha ilusión y que estéis dispuestos a preparar a conciencia durante casi ocho meses. Durante casi 240 días, y durante una incontable cantidad de horas pasando frío, calor, lluvia, viento y lo que hiciese falta aguantar. Muchos días difíciles, "sufriendo" con las series, cambios de ritmo, tiradas largas o lo que fuese que tocase ese día, pero sabiendo sufrir y sacar adelante todo eso de la mejor manera posible.

Ya lo tenéis? Recordad, tiene que ser algo que os ilusione de verdad, algo que os haga comprometeros con vosotros mismos, algo que os haga sacrificar cosas que el resto jamás entendería.

Pues bien, para mí ese "algo" era el Ironman 70.3 de Calella, celebrado hoy, día 17 de Mayo.


Tras un fin de semana genial, rodeado de familia y amigos, disfrutando del ambientazo que se respiraba en la capital catalana del triatlón de larga distancia, llegaba la hora de disfrutar y sufrir a partes iguales en esta preciosa competición.

Llegaba en un más que aceptable estado de forma. Aunque es cierto que siempre pensamos que nos faltan horas de entreno y que podemos llegar mejor, debo reconocer que había entrenado mucho y bien, y tenía unas sensaciones buenísimas, tanto físicas como mentales. Mejores de las que nunca antes había tenido en una carrera.


Después de saludar a amigos y conocidos, desearnos suerte y compartir un ratito con mi familia, se daba la salida a las 7:05 de la mañana.

Son 1900 metros de natación en un recorrido fácil y claro a priori, con un mar bastante calmado. Me paso 1500 metros encajando golpes, agarrones, gente que se cruza, etc, y 400 metros nadando a gusto y con un ritmo que no podía hacer otra cosa que mejorar. Salgo del agua en 29'56", un minuto más lento de lo que tenía previsto.




Pero daba igual, un minuto no era nada y sabía que mis buenos sectores empezaban en ese momento. Había trabajado mucho la bici, la supercompensación había sido perfecta (como siempre gracias a Joan), y me conocía el circuito como la palma de mi mano.


Nada más subirme a la bici veo que algo no va bien. La cadena me salta a cada pedalada que doy, literalmente en TODAS las pedaladas la cadena me va saltando. Confío en que eso que falla se arregle solo a medida que avanzo, aunque los contínuos badenes y giros de la parte inicial no ayudan. Pero me doy cuenta de que no es así. Intento ajustar el cambio en marcha, pero no consigo nada. Pruebo todos los desarrollos con cada uno de los platos, y nada, la cadena sigue saltando cada vez que mis piernas empujan las bielas.


El día anterior, como siempre, había ajustado y engrasado toda la bicicleta, dejándola perfecta, así que supongo que será fruto de algún golpe involuntario de mis compañeros de boxes.

Hacia el kilómetro 6, cuando empiezo a subir la zona de Sant Iscle, ya asumo que es algo que voy a tener que aguantar hasta que llegue al punto de asistencia mecánica en el kilómetro 28 más o menos. La situación es cada vez más incómoda, llevo un buen ritmo pero el constante saltito de la cadena provoca en mis piernas una fatiga extra con la que no contaba. Tras un buen rato de lucha psicológica y de pedir ayuda a un par de oficiales que no saben ni decirme en qué punto exacto está la asistencia mecánica, llega el primer aviso. Me pongo de pie para acabar de hacer la zona que me llevaría al inicio del puerto de Collsacreu y se me sale la cadena, lo que casi me lleva directamente al suelo. La coloco lo más rápido que puedo y sigo, pensando (ingenuo de mí) que la cosa no podía ir a peor. Bajadita y empieza el puerto. Nunca antes me había pasado algo así, todas y cada una de las veces que mi pierna derecha empuja el pedal, la cadena se esfuerza en hacer la ascensión y la carrera un poquito más dura.

Y cuando ya le estaba cogiendo hasta cariño (véase el alto grado de ironía) a esa incomodísima forma de pedalear, llega un punto donde el terreno se inclina más de la cuenta, y patapam.

Otra salida de cadena, pienso yo, hasta que pongo pie a tierra y veo que una salida de cadena no podía ser, mayormente porqué no había cadena. Estaba un par de metros más atrás, como una serpiente ahí bien preparada esperando el momento de atacar.

Son unos segundos de shock, de incredulidad, de bloqueo físico. Decido apoyar la bici en el quitamiedos y acercarme a comprobar si lo que están viendo mis ojos y tratando de asimilar mi cabeza, es real. Y sí, es real. Tan real como que tengo mi cadena partida en la mano, con dos eslabones bien destrozados. Ahora la serpiente parece inofensiva enroscada en mis manos, y las ganas de atacar llegan a mí a través de mis dedos manchados de grasa.

Cruzo la carretera para dejar paso a todos los compañeros que en ese momento circulaban. Apoyado en el quitamiedos y viendo mi bici al otro extremo, trato de asimilar la situación, que hasta ese momento, sigo pensando que no puede ser real. Los minutos pasan y a medida que mi cabeza vuelve a la tierra, pido a dos voluntarios y a dos comisarios ayuda, si tenían por casualidad un cierre rápido. Ya que la respuesta es negativa en todos los casos, les pido si alguien puede decirme por favor, en qué kilómetro exacto se encuentra la asistencia mecánica.

En ese momento sólo quería seguir. Me daba igual el tiempo, me daba igual la posición, me daba igual todo. Sólo quería arreglar aquello, poder disfrutar del espectacular circuito, y llegar abajo y revolcarme en el cariño de toda mi gente mientras corría lo más rápido que mis piernas eran capaces.

Gracias a un voluntario que hace unas llamadas y de verdad tiene ganas de ayudarme, acabo confirmando que el punto al que tengo que llegar para intentar arreglar la cadena (intentar, porque no estoy seguro que fuese posible), queda demasiado lejos para llegar hasta allí sin poder dar pedales.

Siguen pasando más y más bicis, Jordi Alba y Anna Rovira me animan y me sueltan un "ho sento" muy sincero que en ese momento me llega al alma. Muchas caras y miradas de complicidad cuando la gente me ve ahí con mi culebrilla muerta en la mano, absorto e incrédulo por la situación. También me había animado Santi Abad unos metros más atrás, cuando me pasaba como un avión mientras yo me peleaba con mi serpiente.

Tras unos minutos (no se si fueron 10, 20, o 30) ahí en silencio, sin esperar nada, decido que lo mejor va a ser ir bajando hacia boxes. Pero claro, eran más de 17 kilómetros, y aunque había zonas de bajada, también había llanos y repechos. Y yo no podía pedalear, eso iba a ser interesante. Comunico a un oficial mi retirada y me dirijo a la zona a la que nunca hubiese querido llegar sin completar el circuito ciclista.

Por detrás de mí, y en sentido contrario a los cientos de bicis que subían por el carril opuesto, aparecen mis ángeles de la guarda. Un chico y una chica noruegos. El chico se había roto algo de la mano en la natación y llevaba un vendaje bastante aparatoso. Había intentado seguir en carrera pero se había dado cuenta de que no podía frenar, y había decidido volver por donde minutos antes había rodado (seguro que muy rápido, a juzgar por la bici y las piernas que calzaba). Pues bien, hemos vuelto los tres juntos a boxes, empujándome en todos y cada uno de los llanos y repechos, pese a mi insistencia y preocupación por su mano. No me dejaba caminar y me pedía por favor que me subiese a la bici que él me llevaba. La chica de mientras iba recogiendo mi serpiente, que parecía haber vuelto a la vida y quería escapar, tirándose al suelo a cada instante. Al poco rato, parece que la vida que mis pedales habían perdido, había pasado al tubular de repuesto, que se empeñaba en darse a la fuga con la maldita serpiente. Yo ya no sabía dónde meterme, ni cómo agradecer a esos dos grandullones lo que estaban haciendo por mí en ese momento. Jon Thorp (así se llamaba ese pedazo de crack) me explicaba que en su anterior carrera, la cual había preparado muchísimo, pinchó dos veces la rueda, para al final acabar cayéndose en la bici y teniéndose que retirar. Y que ahora en Calella llegaba con mucha ilusión y... A la vez yo le contaba que hacía tres semanas que yo me había retirado de otra carrera, y que mi debut en la media distancia no estaba siendo precisamente como esperaba. Gracias también a Kari Flottorp, la chica noruega que nos animaba con su constante sonrisa.

Así llego a boxes, le doy un abrazo con todo mi corazón, les agradezco una y mil veces la ayuda prestada y nos despedimos. Me da mucha pena y me hubiese encantado compartir un rato con ellos, invitarlos a una cerveza, o a varias, y empaparme de la bondad que desprendían. Pero al llegar allí la realidad, que había estado evitando todo ese rato acompañado de mis dos noruegos, me golpeaba bien fuerte en toda la cara al ver a mi familia y amigos.

Yo quería hacerlo bien por mí, que es al único que al fin y al cabo beneficio o perjudico con todo esto. Pero todos ellos me habían apoyado todo este tiempo, habían confiado en mí y como mínimo, yo quería compartir una gran parte de esa "victoria" que yo esperaba, con ellos. Se lo debía, a ellos y a toda esa gente que apuesta por mí y me hace seguir adelante en los días más difíciles. Sus caras contrariadas reflejan tristeza, empatía y no hacen otra cosa que intentar animarme. Mi madre, mi hermano, Carlos, y Noel, Santi, Rey, César, Marc, Yolanda, Sílvia. Y a tod@s los que no vi pero se preocuparon de igual forma, gracias.

Siempre me "enfado" cuando la gente me desea suerte, seguro que algunos de los que leéis esto lo habéis sufrido en vuestras carnes. Suelo argumentar que la suerte es para los que no están preparados. Pues hoy he aprendido que eso no es así, que la suerte, el destino, o lo que sea, siempre está ahí, para todos, para bien y para mal. Después de más de cuatro años haciendo muuuuchos kilómetros en bici (montaña y carretera), ya sé lo que es romper una cadena.

Todo pasa por algo, todo te enseña algo, y yo hoy me quedo con que no se puede luchar contra aquello que no está en nuestra mano.

Ha sido un golpe muy duro, me está costando mucho asimilarlo, ya que toda mi ilusión se ha quedado tirada en ese kilómetro 17,4. Pero bueno, son cosas que pasan, y que al fin y al cabo te ayudan a ser más fuerte para la próxima.

Seguramente volveré aún con más fuerza en Banyoles dentro de tres semanas, hasta entonces pienso seguir entrenando como hasta ahora y aprendiendo día tras día.

Felicitar a Juanjo Hernández, Sergi Liz, Santi Abad, Carles Sendra y Jordi Alba por sus tiempazos, me alegro muchísimo por vosotros!! Y mucho ánimo para el súper clase Rafa Lao que ha tenido una caída y se ha tenido que retirar, espero que no sea nada y tengas una pronta recuperación!

Siento mucho que no haya sido la crónica que muchos de vosotros me habíais pedido, creedme que yo también habría preferido otra!

Abrazos!!







lunes, 27 de abril de 2015

Triatló Doble Olímpic Terres del Ebre (DNF)

Pues si si, tal y como veis ahí arriba, mi debut en la media distancia fue un DNF (Did Not Finish). Vamos, una retirada, un abandono, un cagarse patas abajo, como queráis llamarlo.

Llegamos a Sant Carles de la Ràpita el sábado a mediodía Marta y yo, dónde nos juntaríamos con toda la expedición del Jovent 79.

Tras una buena comilona con Salva y Mireia, un buen paseo y muuuuchas risas y batallitas, vamos al apartamento a descansar un ratito antes de ir al breafing de las 19h. Allí no dijeron nada interesante, sólo que los 3000 metros de natación empezaban en una boya situada a 150 metros de la arena, hasta la que había que correr (si no querías ser arrollado), una vez se diera la salida, desde la arena, faltaría más. Ya me dieron la alegría del fin de semana, si los 3000 no eran suficientes, 300 metrillos más de correr por el agua que nos iban a poner los isquiotibiales a la altura de las orejas.


Tras una super cena de equipo y preparar todo el material de la carrera, vamos a la cama. Me cuesta bastante coger el sueño, y es que aunque lo llevo por dentro, tengo una mezcla de miedo y ganas de salir a darlo todo increíbles.

Como ya sabéis los que más me conocéis, he pasado las dos semanas previas a la carrera con problemas físicos y de salud (no precisamente un resfriadillo), y en ese tiempo a penas he podido entrenar, así que tocaba cerrar los ojos y confiar en todo lo entrenado los meses previos.

Suena el despertador a las 5:57 (una de mis manías, que la hora del despertador nunca acabe en 0 ni 5), aunque me regalo diez minutos más en la cama pensando si me queda algo por preparar. Soy el primero en llegar a la cocina y empezar a preparar el desayuno, pero Oscar y Cristian aparecen en seguida. Desayunamos entre alguna risa y algún comentario tipo "no veas que palo meterse ahora al agua..."
Nos juntamos con el resto del equipo y a las 7:20 ya estamos dejando la bici en boxes y enfundándonos el neopreno. Hace un día perfecto, mar plano, poco viento y una temperatura ideal.
Saludo a Sergio, Meri, Dani, Sergi, Antolí, Jordi, etc y nos dirigimos hacia la salida.
El recorrido de natación  es sencillo, un triángulo de 1500 metros al que debemos dar dos vueltas, eso sí, tras correr esos malditos 150 metros, primero hasta la boya y luego hasta boxes.


Pienso en lo largo que va a ser esto y ni siquiera caliento, me limito a mover los brazos un poco y a meterme al agua para mear, así de claro.
Me coloco en tercera fila junto a Sergi y se da la salida. Somos 400 personas corriendo con el agua por la rodilla, hay empujones, agarrones y alguna caída, y todo eso sirve para alargar un poco el grupo.


Empezamos a nadar y tras unos metros (sorprendentemente pocos) agónicos, se tranquiliza un poco la cosa y se puede nadar con comodidad. El ritmo es alto pero voy cómodo a pies, intento centrarme en la técnica, en relajar las piernas, y en una de esas respiraciones veo a Sergi justo a mi lado, en el sitio donde permanecería los 2500 metros que nos quedaban. Tras llevarme una buena patada en todos los morros y hacerme un corte considerable en el labio (culpa mía eh) y tener que volver a caminar otros pocos de metros en la boya de giro, encaramos la segunda vuelta y me doy cuenta que por delante de mi grupo solo hay el grupito de cabeza con 6-7 integrantes. Eso me motiva y el hecho de pensar que voy cómodo nadando tan adelante, me hace pensar que mis compañeros de grupo van de paseo para que yo pueda seguir ahí, como si fuese el regalo de bienvenida a la distancia para el novato. Pero va a ser que no, tras una segunda vuelta aún más rápida y unos cuantos amagos de rampa al salir del agua, cruzo la alfombra de boxes en el puesto 15 con 43'40", viendo a gente a mi lado que esperaba que me sacasen una minutada.


Transición rápida, el neopreno me sale con una facilidad pasmosa para la que acostumbro a liar normalmente. Calcetines, casco, y a dar pedales.
El segmento ciclista consiste en un tramo de enlace de unos 2 kilómetros, y un circuito de 28 kilómetros al que daremos tres vueltas. Totalmente llano, con poco viento e ideal para ir todo el segmento acoplado, y por supuesto, con cabra.
Pues bien, yo voy con mi bici de carretera y unos acoples largos. No hay nadie más a mi alrededor sin cabra. No me preocupa, sabía que era algo que iba a pasar y venía mentalizado, pero aún y así, es un poco frustrante. Los primeros 5 kilómetros me mantengo a cola del "grupo" que se ha formado, pero en seguida empiezan a irse y a pasarme casi todos los compañeros que habían salido conmigo del agua.
A partir del kilómetro 20, empiezo a sentir dolor en los isquios, glúteos, piramidal y lumbar. A partir de este momento dejo los acoples en las zonas con viento de culo para poder estirar y descargar un poco, pero el dolor persiste y se incrementa.


Durante todo el segmento, con más o menos frecuencia, siguen pasándome auténticos aviones de los que oigo las lenticulares unos segundos antes de que me quiten las pegatinas. Al empezar la tercera vuelta me coge Rafa y me dice que me vaya con él. Le digo que no con la cabeza y lo animo a que siga con ese ritmazo, pero inconscientemente, subo ese puntito y consigo mantenerlo a unos 30 metros. Así pasa la última vuelta, sufriendo para no descolgarme del grupo que han formado Rafa y dos vascos que siguen su estela, y eso hace que esta vuelta haya rodado más rápido que las anteriores. Llego a boxes y el Garmin marca 89,3km a 36,6 km/h de media.

Transición rápida, me bajo a correr con Rafa, y aunque he intentado soltar los últimos metros encima de la bici, el dolor de piernas es considerable. Me dice que esto es muy largo y que no salga a correr tan rápido (qué razón tenía), pero simplemente hago lo que tenía planeado y llego al kilómetro 4 de carrera a pie a 3'57 de media.


En ese momento, empieza mi particular calvario. Las cuestas, escaleras, giros bruscos, bajadas, etc, me han ido castigando aún más las piernas y ahora ya el dolor va en aumento a un ritmo descontrolado. Aflojo un poco, pero entre el flato y los pinchazos que me recorren todo el cuerpo en cada zancada, mi cabeza empieza a hundirse poco a poco. Pasan los kilómetros y el ritmo decae de forma inversamente proporcional a mi dolor de piernas. Tras un buen rato y casi 10 kilómetros de sufrimiento del bueno (tanto físico como mental, la decisión no es nada fácil), concluyo que lo mejor es parar. Es el kilómetro 15, justo en el avituallamiento. La media ya había subido a 4'17 hasta ese momento y lo iba a seguir haciendo.
No tiene sentido seguir corriendo tan lento y seguir sufriendo de esa manera. No quiero agravar las sobrecargas musculares que ya tengo y no poder entrenar en unos cuantos días. Mi objetivo es el Ironman 70.3 de Calella, y no quiero que eso peligre en ningún momento.
Seguramente pequé de novato, de no saber gestionarme. Pudieron influir
esas dos semanas difíciles antes de la carrera. Pudieron ser muchas cosas y nunca sabré a ciencia cierta lo que fue, pero tengo claro que yo no iba allí a ser un finisher. Me daba igual que fuese mi primer media distancia, yo quería ir rápido y hacer un buen test, y así fue. Supongo que no entiendo la competición sin arriesgar, sin jugar con el límite, y eso a veces sale bien, y a veces sale mal. Pero creo que es la única manera de sacar todo lo entrenado y demostrarme que todo lo que se sufre en los entrenos vale la pena.

Gracias a toda la gente que me animó y se preocupó por mi, sobretodo a Biola por no separarse de mi desde el momento en que paré, primero animándome y luego entendiendo que era mejor acompañarme en silencio a tirarme en el césped a reflexionar.
Siempre es duro abandonar una carrera, y aunque lo pasé realmente mal esos minutos tumbado en silencio oyendo pasar a todo el mundo por delante de mi, esta vez no me arrepiento. Si las circunstancias fuesen exactamente las mismas, volvería a hacerlo.


Quiero agradecer a Marta, Mireia, Meri, y a las chicas del Jovent (Dama, Mamen y Biola) los ánimos y la paciencia por aguantar lo que aguantan, y felicitar a todos y cada uno de mis compañeros que allí cruzaron la meta. Toda la familia Jovent, y además Sergi, Sergio, Dani, Jordi, Salva, etc


Ahora solo queda levantar la cabeza, y volver con más fuerza que nunca. Tengo muchas ganas, motivación, gente fantástica a mi alrededor que me apoya y un entrenador que no existen palabras para definir, así que en estos días hasta Calella pienso sacar lo mejor de mí para poder demostrarme a mi mismo que lo de este fin de semana me ha servido de aprendizaje y dejarlo en una simple experiencia, y de paso devolveros de alguna manera todo ese cariño que me llega por vuestra parte,

Como siempre, un millón de gracias a tod@s por vuestros mensajes de ánimo, comentarios y confianza, sois enormes.

Abrazos!!







domingo, 22 de marzo de 2015

Vivir es algo más que respirar!

Era viernes 20 de Marzo, y sencillamente se me cerraban los ojos de dolor al intentar enjabonarme en la ducha. Acababa la cuarta sesión de natación de la semana, para acumular un total de 11500 metros. Una  ridiculez para cualquier nadador y seguramente para la mayoría de triatletas, pero algo que creo que yo nunca antes había hecho. Muchas series, tanto largas como cortas, palas, aletas, técnica... Horas en el agua solo, a veces preguntándome qué sentido tenía sufrir (física y mentalmente) de esa manera, rodeado de abuelos y jóvenes mirándome raro. Todo por intentar mejorar ese maldito sector que siempre se me atraganta compitiendo.


Todo esto me hizo pensar durante las horas siguientes, en toda esa gente que sacamos tiempo y fuerza de dónde no lo hay, para vivir. Y con vivir me refiero a elevar esa palabra a su máxima expresión. Me refiero a, de una forma u otra, intentar cumplir nuestros sueños.
No entraré en la fiebre de "finisher", porqué los que me conocéis ya sabéis que para mí, eso de ir a una prueba "a acabar" es una tontería y probablemente un acto de inconsciencia. Que nadie se ofenda, y si alguien se ofende, estoy más que dispuesto a discutirlo con las mejores de las formas y el mayor respeto.
También valoro y mucho, a toda esa gente que hace lo mismo que nosotros, pero con sus otras pasiones. Ya sea aprender a cocinar, aprender uno o varios idiomas (algunos deberían aprender a escribir en el suyo propio, primero de todo), programar ordenadores hasta horas intempestivas, arreglar coches o motos, viajar, pintar, dibujar, escribir, o cualquiera que sea su pasión. Pero como a mi lo que me apasiona es el deporte en general y el triatlón en particular, hablaré un poco sobre ello.


Pues como decía al principio. Todos esos madrugones durante el año, haga frío o calor. Salgamos a entrenar antes o después de que los primeros rayos de Sol iluminen la carretera, la montaña, o se cuelen por las cristaleras de la piscina. Dejemos en casa a nuestra pareja, a nuestra familia, a nuestro perro, o simplemente dejemos la pereza que nos unía a la cama con una fuerza descomunal. Pero es esa fuerza descomunal la que utilizamos para salir de esa zona de confort y buscar hasta dónde somos capaces de llegar.


¿Y para qué?, os preguntaréis todos aquellos que no sepáis de lo que hablo.

Para acabar la carrera en el puesto 30, en vez de en el 50? Para acabar de una vez por todas delante de aquel amigo tuyo que siempre te acaba ganando en los últimos 500 metros? Para bajar un minuto el tiempo del año pasado en esa misma carrera?

Pues sí, seguramente la mayoría de nosotros no peleamos por el podio, ni normalmente por una clasificación para una prueba importante, ni aún menos por el primer puesto de ninguna competición.
Pero aún así, encontramos motivos, razones y motivaciones para seguir ahí, al pie del cañón. Como decía, trabajamos, tenemos familia, pareja, perro, gato, y muchas veces ganas de descansar, Pero son más fuertes las ganas de salir a entrenar. Y no es anteponer el entreno a nada. Para mí, que yo entrene es bueno para la gente que me rodea, porqué es el deporte el que lleva años formando mi carácter, mis valores, mi forma de ver las cosas y relativizar los problemas. Es una vía de escape que si se utiliza de la forma adecuada, para mí, no tiene contra indicaciones.

Así que, en definitiva, con estas palabras, solo pretendo valorar el esfuerzo de todos vosotros, que estoy seguro que de una forma u otra, lucháis en la medida de lo posible para conseguir vuestras metas y cumplir vuestros sueños.


La felicidad está en esos pequeños momentos que normalmente valoramos cuando ya han pasado. En esas salidas en bici con uno o varios grandes amigos. En esas series en un parque, o en una piscina, dónde mucha gente se pregunta si es que te persigue alguien para respirar de esa forma tan acelerada. En ese momento de bajar un minuto el tiempo del año pasado en aquella carrera. En esos días en que haces que tu amigo saque adelante el entreno con tus palabras de ánimo, y viceversa. Y en muchos más momentos que si mencionara, seguramente muchos me tomaríais por loco.

Yo, por mi parte, llevo un tiempo entrenando bien. Con buenas sensaciones, cumpliendo con la planificación, y rodeándome de gente maravillosa que este mundillo me permite conocer. Agradezco a Joan, mi entrenador, su paciencia conmigo y que me siga transmitiendo esas ganas y esa motivación de seguir empujando el límite cada vez un poquito más lejos. Si pensáis haceros un estudio biomecánico, no creo que encontréis a nadie mejor, así de claro.


Y también a Pere, de Quiroactiva, que siempre está ahí cuando lo necesito, para arreglarme cualquier desperfecto. Con gente así al lado, es muy difícil rendirse.


Aunque esto considere que es algo demasiado personal como para escribirlo en un lugar totalmente público y yo no soy de expresar mis sentimientos en estos sitios, hay una fuerza que me hace seguir escribiendo. Sí, como aquella que me hace salir de la cama a por 4 horas de bici en los días más fríos.

Yo tengo un sueño. Y mi sueño es disfrutar al máximo de lo que me ofrece la vida, en concreto la vida deportiva. No sé dónde estaré de aquí a diez años. Ni siquiera sé dónde estaré de aquí a dos meses. Lo que sí que sé, es que pienso esforzarme cada día para ser mejor. Mejor hijo, mejor hermano, mejor nieto, mejor amigo, mejor pareja (cuando toque), y también, mejor triatleta. Voy a luchar por mi sueño, y llamadme loco, pero no quiero pasar ni un solo día de mi vida sin hacer aquello que me gusta, La vida es demasiado corta, y a veces demasiado injusta, como para gastar nuestro tiempo en hacer aquello que se supone que se debe hacer. Así que mientras pueda, disfrutaré al máximo de aquello que quiero hacer.

Hay una frase que me recuerda a una de las personas más importantes de mi vida.

"If you can dream it, you can do it"

Esa frase me acompaña cada día desde que me levanto hasta que me acuesto. Y así seguirá siendo.


Hablando ahora de mi temporada, ahí van mis tres próximos objetivos:

- 26 de Abril, Triatló Doble Olímpic Terres del Ebre.

- 17 de Mayo, Ironman 70.3 Calella.

- 7 de Junio, Triatló B de Banyoles.




El propósito es debutar sin presión en la media distancia en Terres del Ebre, y así poder competir de verdad en Calella, dónde sacaré lo mejor de mí.

Para los amantes de los números y los que me preguntan a veces, aquí van los volúmenes de estos últimos 8 días en los que he tenido vacaciones del trabajo. (Ojalá pudiera entrenar siempre así)

- 11500 metros de natación.

-  300 kilómetros de bici en carretera  (Más 1 hora de rodillo)

- 61 kilómetros de carrera a pie

En total casi 19 horas de entreno.


sábado, 14 de febrero de 2015

Campeonato de Catalunya Élite de Duatlón

Tras la inesperada clasificación la semana pasada en el Duatlón de Rubí, este domingo me presentaba en el Circuito de Catalunya (espectacular escenario para correr) para disputar el Campeonato de Catalunya Élite de Duatlón, y correr allí junto a muchos cracks. Lo de "junto" es una forma de hablar, quién dice junto, dice lo menos lejos de ellos posible.

Era distancia sprint, por lo tanto, se iba a correr muy muy rápido. Y si yo en algún momento de mi vida he estado "rápido", no es precisamente ahora. Mi día a día va un poco más enfocado hacia la media distancia, y el hecho de haber ganado bastante fondo, me ha penalizado un poco en la velocidad. Pero eh, que aún habiendo estado más rápido, igualmente no hubiera habido NADA que hacer con estas bestias.


Total, que con 2ºC de temperatura llegaba al circuito, dejaba la bici en boxes, calentaba intentado buscar las zonas sin sombra, y nos dirigíamos a la línea de salida. Somos 38 corredores y me coloco detrás del todo, paso de molestar a nadie.


Bocinazo de salida (aquí no tenían pistola como en Rubí :(  ), y se empieza a correr todo lo rápido que me esperaba. El grupo se va estirando y a los 500 metros, al llegar al primer repecho, se va el grupo de cabeza con unas 7 unidades.

Aguanto en el gran grupo lo que puedo, pero en la bajada después del segundo repecho, veo que se me escapan. Es el kilómetro 2 y algo, y empieza mi particular vía crucis, que duraría unos 5 minutos bien buenos. En Rubí me pasó lo mismo, y creo que es un punto a analizar y trabajar. En esos minutos desaparece mi grupo y me va cogiendo gente por detrás, entre ellos Vicenç y Santi, compañeros de carrera en Rubí.

Primer 5000 a 3'25/km.

(Todo esto fue escrito el lunes, ahora, sábado, prosigo con la crónica por problemas técnicos)

Así llegamos a la T1, transición muy rápida y a dar pedales.


Formamos un grupo de cinco unidades que a los pocos minutos crece hasta ser unos 10. A partir de este momento, son casi cuatro vueltas con contínuos ataques en cada uno de os repechos del circuito. Consigo neutralizar un par de ellos, lo que me deja las piernas literalmente temblando. No fue hasta los últimos kilómetros, cuando el enésimo ataque de Quim se vio respaldado por Vicenç y juntos llegaron a la T2 con unos buenos metros de ventaja.

19 kilómetros a 36,1 km/h de media.

Yo por mi parte, me coloqué delante del grupo para entrar bien posicionado, y así fue hasta que corriendo a dejar la bici, patapam, uno de los integrantes del grupo me toca la rueda, se me cruza la bici y al suelo. Las zapatillas por un lado, el botellín por otro, y mi ilusión por otro mucho más lejano. Fueron 30" que me hicieron perder a todo el grupo, cuando salí a correr estaban muy lejos.


A penas podía correr los primeros 500 metros por los golpes en cadera y rodilla, pero al menos conseguí "disfrutar" los últimos 2 kilómetros hasta meta. Aunque lo pensé, no podía retirarme en un día así.

Último parcial de 2500 a pie a 3'48/km, para entrar en meta en 57'45", en la posición 34 de los 38 participantes que éramos.


Muy decepcionado en aquel momento, ya que sabia que podía haber estado un poco más adelante, pero con el paso de las horas y los días, contento de haber vivido la experiencia y de haberme exprimido con los mejores.


Felicitar a todos los allí presentes, tanto élite como open, y en especial a Dani, Vicenç, Raúl y a los compañeros de Sistrells.

Y agradecer también a ellos, y a Carlos y a mi madre, los ánimos como siempre.

Próxima parada Maratest 30km, nunca he corrido más de 23 kilómetros, así que será una incógnita cómo responde mi cuerpo.

Seguimos trabajando duro,

Gracias y abrazos!!





Vistas de página en total