No podía haber acabado mejor el año deportivamente hablando.
No voy a hablar de los problemas físicos que tuve los días anteriores, ni de los altibajos emocionales sufridos en este último mes. Eso, al fin y al cabo, no forma parte de una carrera. Como dice el gran Kilian, una carrera tiene una vida, que empieza en la salida y acaba al cruzar la meta, y ahí dentro no puede entrar nada de lo que nos afecta o ha afectado emocionalmente en los momentos o días previos.
Así que ayer, tras una mañana de trabajo, llegaba a casa, comía algo, intentaba descansar lo justo para no adormecer el cuerpo y salíamos para Barcelona.
Tres primeros kilómetros muy cómodos, con Dani marcando el ritmo en casi todo momento y yo limitándome a seguir sus pasos. Siguientes dos kilómetros no tan cómodos, pero pudiendo seguir el ritmo y marcándolo incluso en algún momento. Llegamos al kilómetro 5, y es aquí donde siempre me vengo abajo, ya que a partir de este punto y hasta el kilómetro 8 hay un ligero desnivel positivo. Además, el punto kilométrico se sitúa en el 5,1km y eso me despista bastante y me hace preocuparme por el tiempo.
Y efectivamente, como no podía ser de otra manera, paso tres kilómetros difíciles, en los que tengo momentos de pasarlo realmente mal y donde saco fuerzas de donde no las hay para seguir los pasos del que me precede. Dani se ha alejado unos metros y lo mantengo a la vista aunque sería imposible engancharme a él.
Se acaba la subida, giramos para coger Diagonal, kilómetro 8. Mis piernas y mi cabeza se recuperan y empiezan a funcionar como una máquina, sin pensar, sólo tratando de ir lo más rápido posible, sintiendo cada contracción de mis músculos y cerrando los ojos por momentos a causa de la fatiga. Hago una parte final realmente rápida para lo que había hecho años anteriores, y cruzo la meta con 35'33", en los 10,22km del circuito, a 3'29"/km de media. He leído varias veces sobre ese sabor a sangre en la boca cuando vas al límite. Pues bien, al llegar a la meta e intentar coger un poco de aire sintiendo ese agridulce sabor en la boca, escupía sangre, literalmente.
Estoy realmente contento de cómo están yendo las cosas, y de ver que poquito a poco y con mucho trabajo voy siendo más rápido.
Hoy tocó una salidita en bici regenerativa con la mejor compañía posible, mi hermano.
Propósito para este año?? Seguir con la misma dinámica que hasta ahora y seguir disfrutando de lo que hago, aunque sea con sangre en la boca!!
Abrazos y gracias por el apoyo!