lunes, 25 de noviembre de 2013

Duatló de muntanya de l'Ametlla del Vallés

Para no hacer eso de escribir sólo cuando las cosas salen bien y omitir cuando no salen tan bien, aquí va una especie de crónica sobre el duatlón de ayer.

Que no llegaba preparado para competir un duatlón de montaña era evidente, por eso la idea era hacerlo como un entreno. El hecho de que me lo fuese a tomar como un entreno no quería decir que fuese a hacer el ridículo, y eso no fue tan evidente.
Desde bastante antes de la salida, mi respuesta a la pregunta "tens ganes?" era "no gaire", por no decir que hubiese preferido hacer casi cualquier otra cosa antes que ponerme a correr. Dejo la bici en boxes, compruebo lo básico y resulta que el cambio se queda pillado al bajar piñones. Las pocas ganas que tenía, se quedan ahí pensando en el cambio. Pero bueno, caliento un poco hablando con Cristian y David, y me coloco en la línea de salida, en segunda fila. Silbato y a correr.

Me coloco en el primer grupo, que poco a poco se va rompiendo. Me empieza a pasar factura el alto ritmo de los dos primeros kilómetros, y no tenía previsto que eso me pasara tan pronto. Me empiezan a doler mucho las piernas, mi respiración se acelera más de lo normal, y las ganas de dejar de correr superan con creces a las de seguir haciéndolo. A partir de este momento empieza la tortura, no tan física como psicológica. Me empieza a adelantar gente, poco a poco pero uno tras otro. No tengo ni fuerzas ni ganas de apretar, así que decido seguir a mi ritmo cochinero hasta la transición.


Transición sin nada a destacar, cojo la bici e intento disfrutar del recorrido. Unas rampas durísimas y un circuito bastante técnico que iría descubriendo poco a poco.


Me empieza a pasar gente, aunque menos de la que me esperaba (ya me habían adelantado corriendo), hasta que por el kilómetro 5 empieza el particular calvario del tramo de bici. Se me sale la cadena y estoy unos dos minutos parado, en los que me planteo seriamente darme la vuelta, volver a boxes y dejar de sufrir. Pasa Cristian, me anima, y decido seguir. A partir de aquí los kilómetros pasan muy muy despacio (acorde a mi ritmo, como me iría dando cuenta), con un par de caídas sin importancia de por medio. Sobre el kilómetro 15 más o menos, se repite la historia de la cadena, y vuelvo a parar, un poco más de tiempo, ya que esta vez la idea de tirar la bici por el barranco pulula un rato más por mi cabeza. Decido seguir, aunque esta vez a un ritmo aún más cochinero, si es que eso era posible. Me sigue adelantando gente, aunque ni siquiera me molesta, nada, ni un poco.
Llego a boxes y tengo la sensación de que llevo diez o doce horas compitiendo. Me quedan poco mas de 3 kilómetros de carrera a pie, y los voy a correr porque Eli ha madrugado, me ha animado y lleva mucho rato pasando frío.
Hago el último tramo sin forzar, pero con muchas ganas de acabar. Entro en meta con 2h 10' 27", en el puesto 73. Fundido física y mentalmente, aunque con una persona al lado que hace que todo sea relativo. Gracias.


14 retirados, más que en los cuatro duatlones anteriores juntos, es un dato que puede ser tenido en cuenta para saber que no fui el único que sufrió.

Intento quedarme con lo positivo, y aunque es difícil, me quedo con el parcial 16 en el último tramo a pie. Me quedo con haberme dado cuenta lo dura que puede ser una competición así, y lo poco preparado que estoy ahora mismo para competir en ese tipo de recorridos. Tengo claro que no es mi guerra, y que los duatlones de montaña que haga serán para entrenar, coger fuerza y aprender a sufrir.

Como ya comenté el otro día, esta temporada correré para el C.N Reus Ploms, e intentaré dar la talla cuando lleguen los triatlones.

Ahora a seguir entrenando bien y los resultados llegarán solos.

Abrazos!!


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